Cuando escuchas hablar de Alta cosmética o baja cosmética, igual te piensas que estamos hablando de cremas más o menos caras, pero para nada se queda ahí. Evidentemente la cosmética de calidad tiene un precio. 

Los cosméticos de gama baja, tanto corporal como facial, solo actúan sobre la epidermis, esta capa es la que nos protege de la contaminación de la acción del sol, o de las bajas temperaturas. Por lo que las cremas de baja gama, no van a servirnos para prevenir los daños que puedan tener las capas más internas de la piel. Estas cremas no tienen la capacidad de profundizar más allá de la primera capa de la piel, por lo que cuidar las envejecidas o dañadas no va a ser posible con este tipo de cremas. Este tipo de cremas tienen una composición mucho más sencilla que las de cremas de alta gama, en las que se ha invertido un tiempo y recursos en el estudio de su composición, y de su producción.  

Sin embargo, las cremas de alta gama, los tónicos, los sérum, limpiadores, considerados de alta gama, la cosmética facial o corporal están compuestas de elementos que permiten gracias a su composición traspasar la epidermis y llegar a la siguiente capa, que es la dermis. Capa en la que suelen surgir los primeros problemas, deshidratación, aparición de arrugas, pérdida de colágeno, o patas de gallo, etc. Están compuestas por sustancias que fundamentalmente apuestan por una hidratación, o por colágeno, para reforzar estás pérdidas, creando un relleno natural en la zona, y por lo tanto la desaparición de las arrugas de expresión. A diferencia de las anteriores, es cierto que en éstas tienen laboratorios muy potentes detrás que realizan numerosos estudios y muchas pruebas hasta dar con la fórmula efectiva para solventar unos problemas u otros.  

Normalmente también se diferencian en la textura, son más grumosas y menos untuosas las cremas que están peor confeccionadas, el perfume suele ser otra gran diferencia. Muchas de las cremas de más alta gama carecen de olores invasivos, y tienen un perfume imperceptible o con olores muy sutiles, a diferencia de las cremas más baratas que suelen tener perfumes más fuertes. 

Es cierto, que las cremas menos asequibles, tienen resultados contrastables y visibles mucho más rápidos, aunque normalmente ninguna de las cremas va a eliminar del todo cualquier arruga o problema de la piel. Muchas veces pensamos que cualquier crema vale para todo, pero eso suele ser el primero de muchos errores que cometemos con ellas, deberíamos informarnos sobre el problema que tenemos en la piel, gracias a un profesional, y en relación a eso buscar una crema que pueda tener algún componente que pueda reforzar ese problema o al menos amortiguarlo, para que sea menos evidente. Siempre podemos preguntar a profesionales de la estética o bien preguntar a un farmacéutico, que tienen altos conocimientos en los compuestos de estas cremas, para poder asesorarnos. 

En ocasiones debemos tener claro, que lo barato puede salir caro, y además no ser efectivo.