Pasar una entrevista de trabajo de forma satisfactoria es el paso final más importante para conseguir tu ansiado empleo. Recuerda que si se ha preparado bien la entrevista, tal y como le hemos aconsejado, estarás menos nervioso y mostrarás mayor seguridad en sus respuestas. No dejes nada a la improvisación.
No olvides nunca que el objetivo de la entrevista debe ser “venderse” como el mejor candidato para el puesto.
Vamos a ir enumerando las partes más importantes desde el principio hasta el final, y cómo debe de ser nuestra actitud para afrontarla de forma satisfactoria.
El saludo. Se siempre correcto. Simplemente estrecha la mano de entrevistador de manera franca y segura (asegúrate de que no te sude) y contesta a sus “buenos días” con un “buenos días, gracias por recibirme”. Sonríe de manera relajada y natural. No fuerces tu expresión. Pregunta dónde puedes dejar tu abrigo y espera a quete invite a sentarte.
El inicio. No hables el primero. El entrevistador se encargará de iniciar la conversación y romper el hielo haciéndote algún comentario o pregunta “trivial”.
La postura. Se natural, acomódate bien en tú asiento, con las piernas simplemente cruzadas, un brazo sobre el brazo del asiento, el otro sobre una pierna; la cabeza y la espalda rectas, las manos distendidas. Relájete, pues la tensión conlleva siempre un bloqueo de los músculos (rostro crispado, sonrisa forzada….).
La mirada. Que no sea huidiza, diríjela a tu interlocutor. Una mirada directa indica generalmente un contacto fácil y franco.
La voz y la entonación. No hables demasiado rápido y vocaliza correctamente.
La expresión oral. Emplea frases cortas y precisas. Se conciso y no te “enrrolles” demasiado. Evita las palabras con connotación negativa (“problema, desgracia, preocupación”). Emplea términos precisos y evita los términos “cosa, algo” que pueden indicar que tu vocabulario es pobre. Evita la repetición de “coletillas” (“si quieres, creo que, me parece que”), la jerga demasiado técnica (en una primera entrevista tu interlocutor no tiene por qué conocer los detalles de tu oficio), así como los términos “de moda” o las expresiones coloquiales.
No hables demasiado. Se concreto, contesta a las preguntas que te formulen dando la información precisa y no te detenga en detalles sin importancia.
Si no has entendido una pregunta, o su sentido, hazselo saber al entrevistador y no te lances a contestar “cualquier cosa”. Puedes simplemente preguntarle al entrevistador, qué desea conocer exactamente.
Tu exposición debe ser viva y atractiva, el objeto es el de exponer tu CV y el de convencer al que le escucha de que estás realmente motivado.
No te excedas si apenas dispones de información concreta del trabajo. Cuanto más hables más desvelarás tus carencias y más armas darás a la parte contraria para desestabilizarte.
Si el entrevistador, tras una respuesta suya, se mantiene en silencio, no se sienta tentado de llenar el vacío hablando demasiado, lo que puede conducirle al error. Es preferible en esta situación implicarse en el juego, respetar de igual manera los momentos de silencio (no más de 10/15 segundos) y hacer la pregunta siguiente para validar lo que va a decir: “¿Es esta la respuesta que le conviene o prefiere que la desarrolle?”.
Si el entrevistador parece “duro” o siente que está ejerciendo sobre ti alguna “presión”, no te deje sorprender y no llegues a conclusiones apresuradas; lo lógico es que se trate de una estrategia del consultor para observar tus reacciones y capacidad de “resistencia” mantén la calma y limítate a contestar a las preguntas de manera educada y pausada.
Si optas a un puesto técnico, es posible que te hagan preguntas tipo “examen” para valorar tus conocimientos.
Si el entrevistador se muestra muy amable y simpático, nunca olvidse que estás aquí para venderte, y no para charlar de cualquier forma o cualquier tema. Éste podría tenderle trampas en el curso de la conversación….¡Mantente por lo tanto alerta y mantén una actitud despierta!.
La entrevista finaliza. Es el momento de agradecer al entrevistador e incidir en su interés por el trabajo.
Puedes, si lo deseas y lo hace de manera natural, preguntar a su interlocutor qué piensa de su candidatura. Si acepta responderle, sabrá si su mensaje ha calado y cuales son sus puntos fuertes y débiles que ha denotado. No reacciones mal si su impresión ha sido negativa, intenta dar la réplica sin acritud: “para completar tú información, me gustaría precisar en los puntos siguientes”.
Pide datos precisos sobre el desarrollo de la selección: ¿Quien y cuando llamará?. No dudes en tomar la iniciativa haciendo una propuesta; tomando así el control de la situación.
Hasta que no salga del edificio la entrevista no ha terminado. Agradece el tiempo que te han dedicado, sonria en todo momento y hasta el final, con mirada franca y directa. No te olvides de saludar al recepcionista al salir…los jefes suelen a veces pedirle su impresión sobre los candidatos.