Autónomos, tecnología y medio rural

eldaaldia/ 09/08/2022

Que la pervivencia de un medio rural equilibrado y dinámico es clave para nuestra sociedad, nadie lo cuestiona. No obstante, las limitaciones y barreras al desarrollo hacen peligrar un importante patrimonio cultural y natural a consecuencia del envejecimiento y el despoblamiento de las zonas rurales más periféricas y remotas de Europa.

Este problema, diagnosticado hace varias décadas, se encuentra presente en la agenda política desde los años ochenta del pasado siglo pero no parece tener fácil solución. Recientemente, gracias a las oportunidades que la tecnología ofrece, parece se abre un rayo de luz en el sombrío panorama del medio rural europeo.

El gran reto que supone alimentar adecuadamente a la creciente población mundial una nueva sensibilidad hacia el mantenimiento de las zonas rurales remotas y las oportunidades que otorgan las nuevas tecnologías están convergiendo para el desarrollo de iniciativas y proyectos que deberán ser fuente de incuestionables oportunidades para los trabajadores autónomos.

Iniciativas como el proyecto FIWARE de la Unión Europea pretenden favorecer el desarrollo de startups que ofrezcan soluciones bajo un entorno de programación en código libre y con uso de datos abiertos cuentan entre sus líneas prioritarias los desarrollos en toda la cadena de valor agroalimentaria.  Las aceleradoras de mayor calado en nuestro país como es el caso de BOLT en Málaga, cada vez reciben más solicitudes de participación de proyectos para la aplicación de la tecnología al mundo agroalimentario. Ambos son de los múltiples indicios de un claro movimiento “Smart Rural” en el que los profesionales autónomos deberían ser protagonistas.

Los profesionales autónomos, expertos en tecnología y su aplicación o aquellos que viven y desempeñan su trabajo en el ámbito rural, no deberían ser ajenos a este movimiento en el que se explotarán las oportunidades de la aplicación de la tecnología a un nuevo mundo rural.

DONDE ESTÁN LAS OPORTUNIDADES

El reto de la alimentación global y la conservación ambiental. Crece la preocupación global por alimentar de forma adecuada a la población mundial y hacerlo sin agredir al medioambiente. Prueba de ello es el lema de la próxima Exposición Universal de Milan “Feeding the Planet. Energy for Life”.

Los requerimientos crecientes de la población y las administraciones, tanto desde un punto de vista cuantitativo como cualitativo, exigirán mejores y más eficientes sistemas de producción. Para ello serán clave todas las tecnologías vinculadas con la agricultura de precisión (sensorización, teledetección y tratamiento de imágenes, guiado automático, sistemas de dosificación…) así como con las inductoras de mejoras en procesos industriales (robotización, tratamiento de residuos, sistemas de control, impresión 3D…).

Nuevos modelos de negocio basados en la revolución tecnológica. No se trata de la reinvención de las “punto com”, sino de la aparición de nuevos paradigmas en las relaciones comerciales que no serían posibles sin disponer de la tecnología actual.

La creciente tendencia del uso compartido de bienes como valor económico (Sharing economy), las múltiples iniciativas para la microfinanciación de proyectos o empresas (Crowfunding) están adquiriendo un creciente peso gracias a plataformas tecnológicas eficientes y a la capilaridad para alcanzar grandes audiencias que otorgan las redes sociales.

Ya son comunes en la Red los artículos de mentores de aceleradoras de empresas tecnológicas que manifiestan su desconcierto ante proyectos empresariales que tratan de explotar el Internet de la cosas (Iot) y que, en opinión de estos especialistas, favorecerán la aparición de nuevos y revolucionarios modelos de negocio.

Nuestro comportamiento en movilidad. Nuestro país, líder en uso de dispositivos móviles, es un excelente banco de pruebas para los negocios soportados en tecnologías de uso en movilidad. El acceso global e instantáneo a la información y a la interacción con otros que nos otorgan los modernos dispositivos, la versatilidad de mecanismos de acceso y el abaratamiento del coste, gracias a redes wifi cuasi universales, el uso de códigos QR, las conexiones mediante tarjetas NFC o las balizas bluetooth, está favoreciendo la fragmentación de actividades, cambiando nuestros hábitos y la forma de relacionarnos.

El impacto en el área comercial de estas tecnologías es evidente, al favorecer la difusión y acceso de información de tipo comercial, enriqueciendo la información al usuario o facilitando la realización de actividades promocionales, pero además se abre un espectacular horizonte vinculado con la captura y gestión de la información útil para la mejora de procesos, para el análisis masivo de información con técnicas modernas (Big data).

Distribución de la capacidad de computación. El proceso de miniaturización de la tecnología está contribuyendo decisivamente a la incorporación de la capacidad de computación en casi cualquier dispositivo (gafas, reloj, calzado, indumentaria…). Irrumpen en escena los llamados “wearables”.

El dispositivo, en muchos casos portado cómodamente por el individuo, realizará determinadas funciones e interactuará con otros dispositivos o gestionará información en la Red.

Aún a pesar de la incertidumbre comercial del proyecto Google Glass, son frecuentes demostraciones de esta tecnología para la identificación de malas hierbas, diagnósticos fitopatológicos o mantenimiento de instalaciones, gracias a poder disponer en el propio dispositivo de un completo vademécum de fácil acceso o facilitar el intercambio de información con especialistas, todo ello, disponiendo de las manos totalmente libres.

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